SAXON – MetalHead

Un album muy interesante

Justo cuando el año 2000 se asomaba por la ventana, y se vivía el último año del milenio, Saxon, que tenían a sus espaldas, una de las trayectorias más loables, longevas, disfrutables e icónicas de nuestro rollo, se salían de madre con una entrega que sorprendía, y más que gratamente, a aquellos que decían que éstos grandes supervivientes de la N.W.O.B.H.M estaban más que muertos. «Metalhead» rugió en contra de esa opinión de una forma incontestable y furiosa. 

Saxon nacieron para reinar durante decadas, no para ser una gloria pasajera, y a pesar de no haber tenido tanta suerte como sus rivales de carretera (Motörhead, Judas Priest, Iron Maiden, Def Leppard…), sí que puede decirse, y bien alto, que sus primeros trabajos, forman parte de la Bíblia del Metal. En el antiguo testamento, deben haber varios capitulos dedicados a la gloria de Saxon, sin duda. «Wheels of Steel», «Denim and Leather», «Power and the Glory», «Crusader», o esa resurrección metalera y de primer orden que fue «Unleash the Beast», no dejan a nadie, con buen gusto, indiferente. Saxon eran, y son, uno de los más grandes y primordiales estamentos en lo referido a la ejecución del mejor Heavy Metal clásico.

Una portada molona de narices, tópica, pero Heavylona, y muy «Stargate», nos da la bienvenida al nuevo trabajo. Desde luego, la presentación es impecable. Saxon, con esta ilustración, crean tanto respeto, como ganas de lanzarse a su vacile sónico y cañero. Se da por hecho, que con una portada así, uno no volverá a editar mierdecillas como en el pasado. Saxon son puro y duro Metal, y «Metalhead» viene a por todas. Arranca la moto que nos vamos.

Un intro, que en un derroche de originalidad responde al nombre de «Intro», deja caer unos tecladitos y una atmosfera espacial, futurista y épica, eso si, típica y muy Manowar, pero antes de que empiece el bostezo, la cosa se corta en seco, y «Metalhead», el tema-título hace su aparición, amparada en un potente riffeo, con una densidad trabajada, y con un Biff Byford potente y muy en su linea. La composición tiene un cierto aire a Priest, pero la contundente producción, y los dejes Saxon, pulen la primera ofrenda, y nos dejan muy buen sabor de boca. Tremendas la guitarras de Scarrat y Quinn, y genial la labor del batería Fritz Randow.

«Are we travellers in time», regala más Heavy Metal cortante y majestuoso, muy de la vieja escuela, pero con ese sónido pulido y caliente, que mejora y adorna, sobremanera, todas las composiciones del disco. La producción trae a la mente trabajos de Gamma Ray o Primal Fear, pero no se intuye para nada un plagio, sinó una nueva forma de entrar en el panteón del Eurometal.

«Conquistador», que se abre con unas preciosas guitarras acústicas, huele en su inicio a balada, pero nos topamos, de repente, con una veloz carrera de fondo, con toda la banda entregada a una guerra tan riffera como melódica, y tan cargada de energía ochentera, como de acotaciones powermetaleras, fraseos de guitarra netamente orgánicos y mucha garra. Tercera vacilada de los británicos, que demuestran que podrán tener más años que Napoleón, pero que también tienen más cojones que un toro. Las viejas glorias son madames de prostíbulo que en sus tiempos fueron coristas con cierto renombre, y Saxon tienen de vieja gloria lo que Steve Harris de Numetalero. Saxon demuestran la máxima de que si un dia reinaste, quizás, puedas volver a hacerlo, o como mínimo, hacer meritos para posicionarte, de nuevo, dirección al trono.

«What Goes Around» (que comienza con reminiscencias a Van Halen) y «Song of Evil», un tema que le habría encantado tener en su colección a muchos mendas, sobretodo a los «Judaspriestianos» Primal Fear, siguen con el desfile. Recalco, de nuevo, el buen nivel de las cuerdas vocales de Biff, que sin ser un portento sagaz como lo hayan podido ser sus primos, Bruce Dickinson o Rob Halford, sí que sabe organizar su garganta para rendir al máximo, y dando lo justo y necesario que el tema requiere.

«All Guns Blazing» (que nada tiene que ver con el sacro tema de los sacerdotes de Tipton y Downing) nace en tierras «Runningwildianas», para ir poniendo carne y más carne en un asador metalero de tres pares de cojones. Uno de los mejores temas de Saxon en los noventa, y un aperitivo tremendo de cara a ver como se las gastará la banda en el nuevo milenio. 3 décadas ya dando guerra…menudos elementos.

«Prisoner» (que tampoco indaga en nada referente a cierto disco de 1982 de la doncella), vuelve por fueros rockeros, pero bañados en un ambiente malicioso y muy Alice Cooper de finales de los ochenta. Metal y rock, sabiamente dosificado. Eficientemente cocinado. El aura del tema, eso si, suena a manida, y nos suena haber escuchado ya unos 102 temas muy parecidos a éste, pero aún así, mantiene el tipo.

«Piss Off», que vive con destellos Groovies y cadencias que a veces te hacen creer que te hayas metido en el «Subhuman Race» de mis amados Skid Row, y con un estribillo que parece sacado de un «Glammerizado» Hangar 18 de Megadeth, es en sí mismo, una lección de como atesorar fragmentos musicales de otros y darles vida, a través de tu propio sello.

«Watching You», que despierta con un libidonoso cantar de seis cuerdas, que va poniendo las pilas, poco a poco, despega y se erige como un sólido cañonazo, y como antesala perfecta para «Sea of Life», un maravilloso cierre de disco, que alterna movidas tranquilas y relajadas, ambientaciones Pop y energía eléctrica.

Desde luego, Saxon no crearon nada nuevo con «Metalhead», un disco bastante influenciado por el «Painkiller» de sus primos Priest, la escena europea de mediados-finales de los 90, y el propio poso personal e intransferible del combo, que nunca hace dos veces el mismo disco, y siempre acota algo, que los diferencia del resto.

4 cuernos bajos. Experimentación de lujo, eso si, se edita cinco o diez años antes y la cosa sube enteros.

Grandes Saxon, muy grandes.

Biff Byford : Voz
Doug Scarratt : Guitarra
Paul Quinn : Guitarra
Nibbs Carter : Bajo
Fritz Randow : Batería